Zambada, de 76 años, ingresó a la sala sin esposas, pero escoltado por oficiales, y respondió en voz baja a las preguntas del juez a través de un traductor. Durante la audiencia, que duró apenas 15 minutos, el acusado contestó con un simple “sí” o “no”, visiblemente desmejorado y requiriendo ayuda para ponerse de pie. Su estado físico podría ser utilizado por la defensa en un intento por obtener una sentencia reducida.
El narcotraficante, cofundador del Cártel de Sinaloa, es acusado de liderar la organización durante décadas, supervisando la fabricación y distribución de fentanilo y otras drogas, así como de ordenar secuestros y asesinatos en ambos lados de la frontera. El fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, lo responsabiliza de numerosas muertes y la importación masiva de drogas a Estados Unidos.
Zambada fue arrestado el 25 de julio y trasladado a Nueva York desde El Paso, Texas. En una carta dirigida a sus abogados, el líder narco, afirmó haber sido secuestrado en México por Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, antes de ser entregado a las autoridades estadounidenses, lo que ha generado controversia sobre la falta de notificación al gobierno mexicano en la operación.
A pesar de las especulaciones sobre un posible acuerdo con la fiscalía, su abogado, Frank Pérez, descartó esta opción, confirmando que el caso irá a juicio. La próxima cita en la corte está programada para el 31 de octubre.