En diversas regiones del país, los ciudadanos están alzando la voz por los constantes apagones eléctricos que afectan su vida diaria. Residentes de barrios del Gran Santo Domingo, entre otros lugares, aseguran que los apagones se han vuelto un dolor de cabeza, ya que interrumpen tanto su rutina como el funcionamiento básico de sus hogares. Muchos se quejan de que los cortes de energía afectan la conservación de los alimentos, ya que en ocasiones se van por horas y, cuando regresan, los productos perecederos ya están dañados. “Imagínate, salgo por la mañana y regreso a las 3 o 4 de la tarde, y cuando llego, ya no puedo aprovechar lo que tenía en el refrigerador”, comentó uno de los afectados.

Además de las molestias cotidianas, los apagones prolongados también están sumados a un factor económico que agrava la situación: la alta tarifa eléctrica. Los ciudadanos denuncian que, pese a la falta de servicio en muchas ocasiones, deben pagar altas sumas por la electricidad, y en algunos casos hasta el doble de lo que pagaban anteriormente. “Yo pago 3,000 y pico de pesos, y sé que eso va a seguir subiendo. Es frustrante porque uno paga por un servicio que no se está brindando”, afirmó otro residente, quien cuestiona cómo el sistema permite que los usuarios sean facturados por una energía que no reciben de manera constante.

Este problema, que afecta a miles de hogares en todo el país, se ha convertido en un tema de preocupación generalizada. Muchos ciudadanos temen que no solo están pagando más, sino que también están viviendo bajo la incertidumbre de no saber cuándo se les cortará el suministro eléctrico. Mientras tanto, el gobierno y las autoridades competentes enfrentan presión para encontrar una solución efectiva a esta crisis, que ha dejado a muchas familias sin poder disfrutar de servicios básicos como el aire acondicionado, la refrigeración de alimentos y la iluminación.