La periodista Alicia Ortega ha destapado una alarmante realidad sobre las estafas en línea que continúan afectando a miles de dominicanos. Su investigación expone cómo el robo de identidad y el uso de redes sociales son las principales herramientas de los ciberdelincuentes para perpetrar estos delitos, dejando a las víctimas en una espiral de desesperación.
Durante los últimos dos años, más de 1,000 personas han sido arrestadas por su participación en este tipo de fraudes. Sin embargo, estos crímenes no se detienen. Ortega ha recorrido el país, desde el sur hasta el este y el Cibao, documentando casos que reflejan cómo las víctimas son engañadas con ofertas falsas y manipulaciones psicológicas.
La modalidad: Identidad robada y cuentas ficticias
Uno de los casos emblemáticos es el de Rubén Segura, propietario de la tienda Rumaka Muebles en Baní, quien lleva 14 años en el negocio. Su identidad fue utilizada por estafadores para convencer a clientes de realizar depósitos bancarios mediante páginas falsas de Instagram. “Grabé un video para demostrar que mi tienda era real, y los estafadores usaron ese material para engañar a personas de todo el país”, relató Segura.
Las víctimas, como Liliana Minetti y Juana (nombre ficticio), confiaron en las ofertas y transfirieron sumas importantes, desde RD$10,000 hasta RD$55,000, sin recibir nunca los productos prometidos. “Después del depósito, dejaron de contestar las llamadas”, lamentó Juana, quien intentó recuperar su dinero sin éxito.
Los delincuentes no solo utilizan identidades robadas, sino que también crean cuentas bancarias a nombre de terceros y emplean audios y videos de sus víctimas para hacer sus estafas más creíbles. En muchos casos, prometen descuentos extraordinarios y facilidades de pago, atrayendo a personas que buscan ahorrar.
El impacto en las víctimas y en los suplantados
Negocios legítimos, como la mueblería Águila Comercial en El Seibo, también han sido usados como fachada por los estafadores. Sagrario Guzmán, propietaria del negocio, denunció que la suplantación de su empresa ha afectado tanto su reputación como su seguridad personal.
“Evito ir a sitios públicos por temor a represalias. La gente cree que soy parte de estas estafas, pero nosotros también somos víctimas”, señaló Guzmán, quien ha interpuesto varias denuncias ante las autoridades.
Acciones de las autoridades
El vocero de la Policía Nacional informó que se han desmantelado varias redes de ciberdelincuentes y se han realizado más de 500 arrestos relacionados con estos delitos. Sin embargo, las víctimas exigen mayor celeridad y eficiencia en las investigaciones.
“La recomendación es clara: no confiar en ofertas demasiado buenas para ser ciertas y verificar siempre la legitimidad del vendedor. Es preferible realizar compras de manera presencial o contraentrega”, advirtió la Policía.
El informe de Alicia Ortega subraya la urgencia de reforzar la ciberseguridad y educar a la población sobre cómo protegerse de este tipo de fraudes. Las estafas en línea no solo generan pérdidas económicas, sino que también ponen en riesgo la integridad de las víctimas y sus familias.