En una colorida muestra de alegría y tradición, más de 1,000 visitantes se reunieron en Osaka, Japón, para participar en un ritual único que busca combatir las malas vibras del año que termina. Guiados por un sacerdote del santuario local, los asistentes se entregaron a una sesión de risas que duró más de 20 minutos, donde el sonido contagioso de sus carcajadas resonó, elevando al cielo las malas memorias y recordatorios de un año difícil.

Este rito, que combina humor y espiritualidad, está impregnado de raíces en la mitología japonesa. La leyenda cuenta que los dioses bailaban y reían para atraer a la Diosa del Sol, quien se había escondido en una cueva. Así, la risa se convierte en un poderoso símbolo para alejar las energías negativas y dar la bienvenida a la buena fortuna.

Los participantes no solo ríen para liberar tensiones y olvidarse de lo sucedido durante el año, sino que también lo hacen como un acto de fe, repetido con fervor hasta que el propio sentimiento de alegría se convierte en una auténtica celebración. “Si no podemos reír y estar de buen humor, hay problema, digo yo“, compartió uno de los asistentes.

Este ritual singular pone de manifiesto la importancia de la risa en la cultura japonesa y nos recuerda que, a veces, una buena carcajada es la mejor manera de dejar atrás lo negativo y abrazar lo positivo que está por venir.