La plenaria del Senado de Colombia aprobó en cuarto y último debate el proyecto de ley que prohíbe el matrimonio infantil y las uniones tempranas forzadas con menores de 18 años, una iniciativa que fue presentada por primera vez en 2007 y que, tras múltiples intentos fallidos, finalmente logró el respaldo de la mayoría de los legisladores. La ley, que lleva el lema #SonNiñasNoEsposas, fue impulsada por las representantes Alexandra Vásquez y Jennifer Pedraza, con el respaldo de organizaciones como Profamilia, Save the Children, y la ONU, y será sancionada por el presidente Gustavo Petro para convertirse en ley.

La medida busca crear una política pública para sensibilizar a la población sobre los efectos y consecuencias del matrimonio infantil y las uniones forzadas, así como establecer un programa nacional de atención a niños, niñas y adolescentes afectados por este flagelo.

A pesar de contar con un amplio apoyo, el proyecto de ley no estuvo exento de controversia. Durante el debate, se discutió el artículo 15, que establecía estrategias de prevención en las instituciones educativas. Algunos sectores, como la senadora Karina Espinosa, solicitaron que el artículo fuera más claro en cuanto a los contenidos educativos, pidiendo que no se tocara el tema del aborto y que se incluyera un enfoque basado en el “sexo biológico” y las categorías de “hombre y mujer”.


Matrimonio infantil en Colombia

El matrimonio infantil en Colombia es un problema persistente, a pesar de los esfuerzos por reducirlo. A nivel nacional, se estima que un alto porcentaje de niñas y adolescentes son casadas o unidas antes de los 18 años, lo que representa una grave violación de sus derechos humanos y un obstáculo para su desarrollo personal, social y educativo.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (DANE) y otras organizaciones, alrededor del 25% de las niñas y adolescentes colombianas se casan antes de los 18 años, aunque en algunas regiones rurales o comunidades indígenas este porcentaje es incluso más alto. A menudo, este fenómeno está relacionado con factores como la pobreza, la falta de educación y la prevalencia de normas sociales y culturales que perpetúan el matrimonio temprano como una práctica aceptada.

El matrimonio infantil en Colombia conlleva múltiples consecuencias negativas. Las niñas que se casan a una edad temprana enfrentan un mayor riesgo de violencia doméstica, complicaciones en el embarazo y el parto, y son más propensas a abandonar la escuela, lo que limita sus oportunidades de desarrollo. Además, este fenómeno perpetúa el ciclo de pobreza y desigualdad de género en el país.