Han pasado ocho meses desde el hallazgo del cuerpo sin vida de Paula Santana Escalante, joven trabajadora de una empresa en Santo Domingo Este. Aunque la investigación ha avanzado, los responsables de su muerte aún no han sido identificados, dejando a su familia y a la sociedad dominicana sin respuestas claras sobre este trágico crimen. N Investiga realizó un recuento de los hechos, resaltando la vida de Paula, quien trabajaba arduamente para costear sus estudios y lograr su sueño de ser azafata.

La madre de Paula, Joanny Escalante, había notado que algo no estaba bien en el trabajo de su hija, especialmente por el peligro de su turno nocturno. Cuando Paula no regresó a casa ni envió su habitual mensaje tras terminar su jornada, la alarma se disparó. Más tarde, la empresa la contactó para preguntar por el paradero de su hija, lo que encendió las alertas y dio inicio a la búsqueda de la joven.

Los compañeros de trabajo de Paula señalaron que el guardia de seguridad, Joaquín Alexander Hidalgo, actuaba de forma extraña la noche del crimen, mostrando nerviosismo durante la búsqueda. Además, varias empleadas habían reportado acoso por parte de Hidalgo, incluido un incidente en el que Paula lo denunció a Recursos Humanos. A pesar de estas quejas, la empresa no tomó acciones significativas, y el comportamiento de Hidalgo aquella noche lo puso en el centro de las sospechas.

El 22 de febrero, el cuerpo de Paula fue encontrado en una alcantarilla de la empresa, en avanzado estado de descomposición y con signos de violencia. La autopsia reveló que murió por estrangulación y sugirió una posible violación. Dos empleados de la empresa, Hidalgo y Alex Elvin Cruz Díaz, fueron arrestados como principales sospechosos, pero la falta de pruebas contundentes ha complicado el caso.

A pesar de las heridas encontradas en ambos sospechosos, que podrían haber sido resultado de un intento de defensa por parte de Paula, y la presencia de posibles manchas de sangre en la ropa de Cruz, el caso sigue sin resolverse. Ocho meses después, las preguntas sobre lo ocurrido aquella noche permanecen sin respuesta, mientras la familia de Paula y la comunidad siguen exigiendo justicia.