Ciudadanos dominicanos han levantado sus voces en protesta por la detención injusta de sus familiares, quienes son amenazados con ser deportados a Haití debido al color de su piel. Este preocupante escenario revela la creciente discriminación racial en el país, donde las tensiones migratorias han llevado a la confusión de identidades, afectando a ciudadanos que sufren persecución por su apariencia.
Familiares de los detenidos, como un joven que busca desesperadamente a su hermano, detenido hace dos días, denuncian que las autoridades no les permiten ver a sus seres queridos ni presentar la documentación que acredita su nacionalidad dominicana. Esta falta de acceso genera angustia e incertidumbre, agravando el sentimiento de vulnerabilidad entre las familias afectadas.
Por su parte, un abogado ha expresado su frustración tras varios días intentando asistir legalmente a su cliente, también dominicano, sin éxito. Esta situación refleja una negación de derechos fundamentales, afectando el debido proceso y dejando a los afectados en una posición de desprotección ante el sistema.
La situación también ha afectado a inmigrantes haitianos que residen legalmente en el país. Un trabajador de la construcción, por ejemplo, ha tratado sin éxito de presentar la documentación de su compañero haitiano, quien está legalmente registrado en el país, pero se enfrenta a constantes obstáculos burocráticos que dificultan su liberación.
Estas detenciones, basadas en prejuicios raciales, han generado preocupación entre la población y organizaciones de derechos humanos que exigen al gobierno dominicano actuar de manera justa y respetar los derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su apariencia física o lugar de origen.