El Papa Francisco aterrizó en Singapur este miércoles, marcando la cuarta y última etapa de su maratónica gira de 12 días por el sureste de Asia y Oceanía. Durante su visita de 48 horas, el pontífice tiene previsto dirigirse a las autoridades locales y oficiar una misa en un estadio, en un país reconocido como uno de los más desarrollados de Asia, pero que enfrenta críticas por su historial de derechos humanos y su estricto sistema judicial, que aún aplica la pena de muerte.

La llegada del Papa a Singapur contrasta notablemente con su reciente visita a Papúa Nueva Guinea, una nación marcada por la pobreza. A pesar de los problemas de salud que han acompañado a Francisco y el agotador ritmo de su viaje, el pontífice ha mostrado una notable fortaleza y se ha mantenido sonriente.

Esta gira, que ha incluido también paradas en Indonesia y Papúa Nueva Guinea, concluirá el viernes, tras recorrer un total de 33,000 kilómetros.