En el marco de la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Haití se ha convertido en un tema central de discusión. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el primer mandatario en tomar la palabra este martes, haciendo un llamado urgente a la comunidad internacional para implementar acciones que restauren el orden público y promuevan el desarrollo en Haití, país que enfrenta una profunda crisis social, política y de seguridad.

Durante su discurso, Lula da Silva destacó la importancia de adoptar medidas inmediatas para estabilizar el país caribeño, recalcando que “la paz en Haití es fundamental para garantizar un futuro sostenible en la región”. También mencionó que, para Brasil, defender la democracia implica actuar contra el extremismo y la intolerancia, haciendo referencia a la necesidad de apoyo global para lograr este objetivo en Haití.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su respaldo a la misión keniana en Haití, subrayando la importancia de la cooperación internacional para enfrentar la crisis. Biden criticó las acciones armadas y los ataques contra la soberanía de los estados, haciendo un llamado a evitar más violencia y apoyar los esfuerzos de paz. “No podemos invadir estados soberanos ni permitir que la violencia continúe devastando a poblaciones inocentes”, afirmó Biden.

Ambos líderes coincidieron en la necesidad de brindar más apoyo humanitario y económico a Haití, donde la violencia y los actos de abusos, como la violencia sexual y los secuestros, han alcanzado niveles alarmantes. Biden mostró su solidaridad con las familias de las víctimas y los rehenes, condenando la violencia y las atrocidades cometidas en el país.

La Asamblea General, que este año tiene lugar en medio de crecientes tensiones globales debido a las guerras en Sudán, Gaza y Ucrania, continúa con la expectativa de escuchar el discurso del presidente dominicano, Luis Abinader, quien abordará temas clave relacionados con la situación en Haití y la región, así como la crisis climática.

La ONU sigue siendo un foro vital para el debate y la búsqueda de soluciones ante las crisis mundiales, mientras Haití sigue siendo una prioridad en la agenda internacional.