En un reciente editorial, el diario Hoy ha puesto el dedo sobre la llaga del momento político que vive nuestro país, señalando las discordancias en torno al proyecto de reforma que impulsa el presidente de la República. Este proyecto, que será presentado el 16 de agosto, enfrenta una creciente controversia, según el editorialista, quien advierte que “la aprobación por mayoría mecánica, sin atender a objeciones bien fundadas, no alcanzará legitimidad ni aceptación general”.

El editorial sugiere que el presidente debe reconsiderar su proyecto a pesar de contar con una “mayoría mecánica” del PRM en el Congreso. Esta mayoría argumenta, está desvinculada de una parte importante de la sociedad dominicana, lo que amenaza la efectividad y sostenibilidad de las reformas propuestas.

El profesor César Pérez, en un artículo en el mismo periódico, refuerza esta perspectiva al recordar que “la discusión sobre el Código Penal tiene más de veinte años y los congresistas del PRM han aprobado su peor versión”. Pérez subraya que no basta con que un proyecto sea bien elaborado; es crucial que el contexto y los agentes que lo impulsan sean adecuados para garantizar su éxito.

El editorial y el artículo de Pérez coinciden en que las reformas del presidente Abinader están siendo elaboradas en un contexto de comportamiento equívoco del PRM respecto a la necesidad de un Código Penal actualizado. Este desajuste, advierten, socava la credibilidad de las reformas.

Es evidente, según estos análisis, que no hay una conversación efectiva entre el gobierno y el partido, ni entre el presidente y los actores del PRM. Las acciones de los legisladores perremeístas, más interesados en sus aspiraciones personales y desconectados del interés común, se han convertido en los principales obstáculos para el legado que Luis Abinader intenta dejar.

La periodista Altagracia Salazar concluye que esta situación refleja una desconexión crítica en la política dominicana, donde la falta de cohesión y comunicación dentro del partido gobernante amenaza con minar esfuerzos clave para el desarrollo del país. Las decisiones tomadas en el Congreso, divorciadas del sentir popular y de las necesidades reales, podrían transformar las esperadas reformas en un legado fallido.