El exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández fue condenado el miércoles en Nueva York a 45 años de prisión por permitir que narcotraficantes utilizaran las fuerzas armadas y la policía nacional de su país para facilitar el tráfico de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos.

El juez P. Kevin Castel dictó la sentencia en el tribunal federal de Manhattan, acompañada además por una multa de 8 millones de dólares. Hernández fue declarado culpable por un jurado en marzo después de un juicio de dos semanas que captó la atención tanto en Honduras como internacionalmente.

Al momento de la sentencia, Hernández mantuvo su declaración de inocencia y reiteró que fue acusado de manera errónea e injusta. Durante la audiencia, intentó presentarse como un defensor del movimiento antidrogas, destacando su colaboración con autoridades estadounidenses a lo largo de tres administraciones presidenciales para reducir el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Sin embargo, el juez Castel desestimó esta imagen, describiendo a Hernández como “un político de dos caras hambriento de poder” que utilizó hábilmente sus recursos para proteger a traficantes de drogas selectos mientras simulaba ser un aliado contra el narcotráfico.

La fiscalía había buscado una condena más severa, solicitando cadena perpetua más 30 años, pero la sentencia de 45 años marca un duro golpe para el exlíder de Honduras, quien gobernó durante dos períodos y fue arrestado en su residencia en Tegucigalpa en 2022, meses después de dejar el cargo.

Durante el juicio, testigos, incluidos narcotraficantes confesos, testificaron sobre la colaboración de Hernández con el crimen organizado desde 2004, cuando aún era congresista. También se reveló que recibió sobornos millonarios durante su ascenso político, incluyendo fondos provenientes de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cartel de Sinaloa.