El huracán George llegó en 1998 y provocó daños significativos y, lamentablemente, también se llevó a cientos de personas. Fue como el invitado problemático que no querías en tu fiesta y que se llevó los regalos.
El reloj marcaba las dos de la tarde del martes 22 de septiembre de 1998 cuando el ojo del huracán George impactaba en el este de República Dominicana. Imagina ese momento, como si alguien hubiera decidido lanzar una fiesta en plena tormenta. El huracán llegó con vientos que parecían los del mismísimo diablo, alcanzando los 195 kilómetros por hora y con categoría 3. Para que te hagas una idea, eso es más rápido que tu abuela jugando al bingo.
Generó olas gigantes de entre 12 y 14 pies de altura. Imagina esas olas en una piscina, sería como un parque acuático de pesadilla.
Después, el huracán bajó un poco su intensidad, como cuando te tomas un respiro en una fiesta loca, pero no por mucho tiempo. Inmediatamente, empezó a moverse sobre tierra y tenía un ojo de aproximadamente 40 kilómetros de ancho.
El balance oficial de fallecidos se situó en 283 personas, pero extraoficialmente se contabilizaron más de 1000 fallecidos.