El caso del año 2000 que sigue impactando a la sociedad es el de Katherine Knight, quien asesinó a su esposo y cocinó su cabeza para alimentar a sus propios hijos.
El detective Robert Wells, al presenciar la escena, la describió como perturbadora y aterradora, y confesó que la imagen nunca se borrará de su mente, plagándolo de pesadillas de por vida.
Se reveló que Knight había trabajado en un matadero de reses, adquiriendo la experiencia necesaria para llevar a cabo el crimen con facilidad. Después de cometer el asesinato, ella salió de casa para obtener dinero de la cuenta bancaria de su esposo, John Price.
Fingía no recordar
Al ser arrestada, Knight fingió no recordar nada y alegó que había atacado a su pareja en defensa propia debido a la violencia doméstica que sufría. Sin embargo, esta versión fue descartada tras interrogar a amigos y conocidos de la pareja, quienes revelaron que la mujer tenía un historial de violencia.
El informe policial detalla que John Price fue decapitado y su cuerpo fue desmembrado en trozos pequeños para ser cocinados y servidos junto con un plato de verduras y salsa.
Katherine Knight fue condenada a cadena perpetua, convirtiéndose en la primera mujer en Australia en recibir esta sentencia.
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