No siente que ser nieto del sanguinario dictador Rafael Leónidas Trujillo lo inhabilite moralmente para buscar la presidencia de República Dominicana. Al contrario, Ramfis Domínguez Trujillo se presenta como abanderado de una generación llamada a transformar el país.
Su aspiración está en suspenso, pues nació en Estados Unidos cuando habían pasado nueve años del asesinato de su abuelo, quien manejó los hilos del poder entre 1930 y 1961 y es acusado de miles de crímenes.